jueves, 17 de febrero de 2011

Walabi

Hoy es de esos dias en que sencillamente no puedo creer cuanta suerte tengo. Como les contaba ayer, producto de otro golpe de suerte -el proyecto de viaje en auto- habia alterado todo mi itinerario, y habia partido a Glasgow mucho antes de lo previsto. Pues bien, ayer por la tarde me traslade desde la ciudad al campo por ahi cerca, a la orilla del lago (aca se dice loch) Lomond. Ya eso sonaba espectacular, pero al llegar a la casa no cabia en la impresion: una casa de 1902, completamente restaurada, con buena calefaccion -un dato no menor, despues de la experiencia en Kinsale, con unos personajes entretenidisimos pero un frio de los mil diablos-, y habitada por un tipo muy agradable, su hijo y su ahijado -tambien estaba la novia de este ultimo-. Ambiente de familia y en el campo: que mejor? Y en una pieza que ni se imaginan. No es que eso sea para mi una prioridad, ni que al cabo me importe demasiado, pero es agradable la sensacion de estar en un sitio comodo y acogedor. Como iba diciendo, ayer llego y desde el principio el calor de hogar. Me recibe el ahijado, me ofrece te, luego sale la novia, y me dicen que el duenyo de casa salio a comprar cosas para la comida. Llega el con el hijo, me muestra la casa -un espectaculo (dios, que horrorosa se ve esa palabra sin el acento!) con los muebles de principios de siglo y los tapices y el papel mural con disenyos ad hoc- y mientras tanto el hijo cocina una cena de 3 platos en media hora siguiendo una receta de Jamie Oliver. Absolutely brilliant. Y para terminar, una pelicula francesa al calor de la chimenea.
Pero como si eso fuera poco, esta manyana, despues de casi 10 horas de suenyo, una buena ducha y porridge, paseo con el duenyo de casa -que, a todo esto, se llama Michael- en bote propio -de estos inflables con motor- a una de las mas de treinta islas de Loch Lomond. Esa quedaba a pocos minutos de la orilla, y para llegar habia que rodear otra de ellas, y un crannog, isla artificial construida sobre piedras, aparentemente en tiempos prehistoricos, y con fines habitacionales -la gente dormia ahi con sus animales para protegerlos de los lobos por las noches-. Y si esto no les parece lo suficientemente "realismo magico", en el trayecto en auto me entere de que los ciervos nadan de una isla a otra, que en los veranos algunos campesinos todavia hacen nadar hasta alli sus vacas para pastar, y que una vez intentaron llevar un toro, pero se les devolvio solito al poco tiempo, acaso porque en la isla habia solo 30 vacas, mientras en la granja de donde el venia habia como 300. Anyway, la razon por la que mi hospedero escogio esa en particular, era porque habia una funny thing in it. Misterio que podia ser eso. Navegamos entonces, en un lago como taza de leche, bajo una lluvia fina, y atracamos en una orilla entre arboles enormes medio hundidos -a mi papa le encantaria todo esto, no podia dejar de pensar-. Arboles, musgo y liquenes por todas partes, y caminar sobre una cama de hojas secas e inundadas y entre matas de arandanos. Al poco andar, una casa abandonada hace no mucho, pero destrozada como uno piensa que solo ocurre en Chile -aunque el mapa del lago pintado en la pared estaba intacto-. Con la basura tampoco lo hacen tan mal -hecho especialmente irritante cuando uno piensa que ahi solo llega la gente que tiene bote propio-, asi que entre eso y el paisaje Carretera Austral looking, me senti un poco como en casa; aunque con mucha mas lluvia, y a media hora de una capital cultural. Michael lo considera perfecto: por mi parte, no pretendi ocultarle mi (sana) envidia.
Y que era la funny thing, se estaran preguntando. Pues bien, mientras subiamos y bajabamos pequenyos cerros, nos paramos un momento y Michael me senyala una figura oscura entre los arboles. Un walabi. Un que? Ya saben, una especie de canguro chico. Oriundo de Australia. Los habitantes de la casa los trajeron hace un siglo, creo. Y como no tienen predadores naturales, ahora llegan a los 30 o 40. En una isla de 3 millas de largo. A diferencia de los ciervos, no saben nadar, o al menos eso se deduce, porque por lo visto no han poblado otras islas. Hubo una propuesta de exterminarlos, porque no son nativos; pero tampoco parecen hacer danyo alguno, asi que la idea no prospero. It's a funny thing, indeed.
A la vuelta, un poco para no sentirme mal por estar tan bien atendida, cocine el almuerzo. Aunque fue casi el mas escoces de los almuerzos: una version libre del tradicional "haggies, neeps and tatties" pero con verduras salteadas en lugar de neeps. Explico en que consiste: haggies es un embutido de cordero con avena (bueno de verdad), neeps es nabo sueco, y tatties es el pure de papa. No teniamos nabo, asi que eche a la sarten lo que sobro de la ensalada del dia anterior, y al pure lo hice con cascara y todo, y con ajo y romero. Y luego hice unas de las mejores barras de cereal que he probado en la vida, para aprender la receta basicamente. Todo quedo muy bien, en realidad: ni se nota que en Santiago cocino como vez al mes.
Ahora escribo en la cocina, que no tiene vista al mar pero si a un bosque de robles, con una taza de te y dos gatos que merodean por ahi.

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