(Escrito ayer, no enviado por ausencia de conexion a Internet en el trasero norte del mundo. Ahora mismo estoy en Glasgow, ultima noche en Escocia, mismo hostel monstruoso de la semana pasada)
Fort William. Aqui me quede una noche, despues del ultimo dia de excursion con el amigo polaco. Uno de los mejores destinos de Escocia, dicen. Aloje en una especie de hostal, en el subterraneo de un pub, a los pies del Ben Nevis (la montanya mas alta de las islas britanicas): un unico espacio con 24 literas, banyo a un lado y cocina al otro, nada elegante, pero barato y limpio, y lo suficientemente comodo como para permitirme un suenyo de 13 horas por lo menos -no estaba deprimida ni me quede en cama hasta tarde, solo me fui a dormir poco despues que anochecio, o sea a las 7 de la tarde-. Hoy desperte como a las 9 -el reloj de alarma que compre en Glasgow nunca funciono- y me fui a subir el Ben Nevis, que como deciia es la montanya mas alta de estas islas, con nada menos que... 1344 metros (el cerro Manquehue llega hasta los 1638). No alcance la cima, empero, y no por cansancio -eso que mi estado fisico deja mucho que desear ultimamente- sino porque pasada la linea de nieve mis bototos checos, que claramente no son de alta montanya (ni de "alto cerro", pero en invierno) comenzaron a resbalar. Con todo, fueron sus buenas 4 horas y pico de caminata.
Luego de eso, fui a buscar la mochila al subterraneo del pub, y el segundo golpe de suerte del dia -el primero habia sido el buen tiempo, claro-: tres senyores iban justo bajando a Fort William, el pueblo desde donde salia mi tren -la locacion del pub era escenicamente espactacular, pero bastante poco practica, carente de cualquier transporte publico-. Me dejaron en la estacion como a las 2 pm, y ahi me entere de que el proximo tren a Glasgow no salia sino hasta las 5:30 pm. Una lastima, considerando que es uno de los trayectos mas bellos del mundo, y a esa hora ya estaria casi oscuro. Con los buses la cosa no iba mejor. Asi que compre mi pasaje y me fui a recorrer el pueblo (sea dicho de paso, nunca pude entender donde se habian metido sus supuestos diez mil habitantes). Mientras caminaba por la ribera contemplando el magnifico escenario, tuve un momento de lucidez, o de locura quizas. Parti a la estacion otra vez, y cambie mi boleto a Glasgow por uno a Mallaig -final de trayecto hacia el norte-, y otro desde ahi a Glasgow, pero para la manyana siguiente. Dato anecdotico: la diferencia de precio con toda la maniobra -es decir, cambiar un pasaje por dos, y en dias distintos- fue de 20 pence, pero a favor. Y la posibilidad de hacer completo uno de los trayectos mas bellos del mundo. Adios Dumfries y Galloway: mi ultimo dia en Escocia sera a bordo de un tren.
(Bueno, dije mas arriba que todo esto lo escribi ayer. Ahora, despues de mas de 5 horas seguidas de tren, y una noche "de lujo" en un bed & breakfast -lujo porque era pieza y banyo privado... aunque todo es muy relativo: desperte antes de las 5 am sin conseguir dormir otra vez, como para compensar las 13 horas de la noche anterior en el subterraneo- puedo decir que valio la pena. Cerros -bueno ya, montanyas- duplicandose en lagos, cimas nevadas perdiendose en la niebla, paisaje seco al comienzo y luego humedo hasta lo imposible, todo con un aire a la Carretera Austral, pero al reves. Me quedaria escribiendo muchisimo mas, pero en esta ciudad todo muere como a las 6 de la tarde, y manyana parto a Barcelona. Espero que esten todos bien, y que cuando pasen dos dias sin que escriba no se preocupen, y asuman que estoy contenta, en algun lugar remoto, sin acceso a Internet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario