lunes, 31 de enero de 2011

Galway

Todo bien...
Estoy en Galway, hospedada en casa de un kurdo... Mnyana al parque nacional de Connemara, que promete ser un espectaculo...

Todo bien en Kinsale...

Hoy sigo ruta Galway. Si los astros son propicios, manyana podre estar visitando el parque nacional de connemara antes del regreso a Dublin.
Hospedandome en casa de un excentrico holandes, con una companyera de cuarto francesa. Ayer fuimos de picnic con un grupo de estudiantes de lo mas cosmopolita (suecos, irlandeses, escoceses) a una playa por aca cerca, y luego caminamos a unos acantilados... paisajes de postales casi.
Un beso, y perdonen la brevedad: computador prestado, y debo seguir ruta...

sábado, 29 de enero de 2011

Paulina

Prima bonita, este post va especialmente para ti.

Hoy me vine a Kinsale, cerca de Cork, al sur de Irlanda. Cuatro horas de bus a traves de prados muy verdes, sin mucho arbol, con la luz del sol filtrandose, a veces, entre las nubes. Hice una parada en Cashel, donde tome las fotos mas bellas de todo el viaje -prometo subirla apenas pueda-. Muros de piedra musgosa atravesando el verde, arboles desnudos, camino colina arriba, y de pronto, una enorme iglesia en ruinas. Cada paso una vista mas impresionante. Entro a una especie de oficina, compro una entrada, salgo por el otro lado. Y un monton de cruces, un cementerio celta. O catolico celta, porque hay una virgen, y un cuervo sobre su cabeza. Esta atardeciendo, los haces de luz rosada se filtran entre las nubes, y las cruces oscuras cortando el cielo. Dramaticamente bellas. O mas bien, breathtakingly beatuiful: no encuentro equivalente en castellano. Tome muchas fotos para ti.
Paulina, de alguna forma estas conmigo desde ayer, cuando, despues de varios intentos, logramos dar con un bar donde efectivamente tocaban musica irlandesa. Mandolina, flautas de varias clases y no recuerdo que instrumentos mas. Sonaba, me imagino, parecido a lo que tu bailabas. Me acorde de ti, y desde entonces no he podido dejar de recordarte, de preguntarme por que soy yo la que esta aca, de intentar guardar para ti un poco de lo que veo y oigo y huelo. Como hacer para llevarte el olor de las colinas? Como hacer para llevarte las palabras en gaelico? Solo se me ocurre tomar fotos hasta quedar sin bateria, y escribirte lo mas posible, antes que se me escape el musgo de las piedras y los haces de luz entre las nubes.

viernes, 28 de enero de 2011

Dublineses

Un dia de caminata por Dublin. Aparte de la biblioteca vieja del Trinity College, con sus 200 mil libros de los siglos XVII y XVIII, y su exhibicion de manuscritos del anyo 500 y de la libreria de viejos donde, casualidades de la vida, un grupo de setentones leia el Retrato de un artista adolescente -entre en un momento tal que me fue imposible excusarme y no leer, en voz alta, con mi oxidado ingles-, aparte de eso, decia, no me dio por entrar a ningun otro lugar, o no encontre los lugares a la hora adecuada. No me arrepiento: varias horas de caminata disfrutando la bella arquitectura, y buscando las casas de varios escritores connotados -leseras que uno hace- bien valieron la pena.
Debo decir que, a pesar de la ausencia de nieve, el frio por estos lados es bastante considerable: fue necesario un gorro y bufanda lo musulmana para no helarme hasta los huesos. Y que el acento de Dublin no tenia nada que ver con lo que imaginaba, cerrado y cantadito, parecido al escoces: por el contrario, de cancion no tiene nada y es suave, con erres casi estadounidenses.
Ahora me voy a buscar un bar, proveida -existe esa palabra?- de un par de libros irlandeses -nada de Wilde ni Joyce ni Yeats, por supuesto-, a esperar las 8 de la noche, que hay un festival de musica irlandesa. Si, un festival: contrariamente a las advertencias de Lonely Planet, en Dublin si pasan cosas en Enero...
Manyana parto a Kinsale, cerca de Cork, con escala en Cashel.

Dublin!

Solo tengo 5 minutos, o perdere el bus al centro de Dublin. Llegue ayer noche, a casa de un coachsurfer de lo mas agradable. Estuvimos hablando hasta como la 1:30 de la historia politica de ambos paises... compleja cosa. Perdi mi guia de la ciudad en el trayecto, pero alcance a leer que el 2011 Dublin fue declarada ciudad literaria (la cuarta en Europa, creo). No en vano cuenta con 4 premios Nobel, ademas de Wilde, Joyce y Swift. Mi primera parada de hoy sera Maryanne square, donde dicen que esta la estatua de Oscar Wilde, junto a Trinity College, lugar en que se educaron varios de los grandes. En fin, los dejo, solo queria contarles que estoy bien y feliz en una ciudad sin nieve.

miércoles, 26 de enero de 2011

Vivir dentro de un puzzle...

Esta es mi ultima noche en Suiza. Me es dificil creer que haya pasado una semana desde que llegue, y por otro lado es como si hubiese sido mucho mas que eso. Probablemente, porque esta estadia y la de hace dos anyos, en cierta forma, parecen solaparse. Me resulta aun mas dificil creer, si me pongo a hacer calculos, que con Julian haya compartido solamente dos semanas, o algo asi, en tres anyos, y con Christina un poco menos. Pensar que los conoci una noche en un hostal de una pequenya ciudad Bulgara, jugando un estupido juego bulgaro -que, precisamente, se llamaba "estupido"-, y que al anyo estuviera quedandome en su casa -en esta misma en Lucerna, y en el dapartamento que entonces el arrendaba en Basilea- por una especie de coincidencia -el vuelo que consegui desde Londres aterrizaba alli, nada fue planeado-. Naturalmente, cuando seis meses despues viajaron a Santiago, se quedaron en mi casa. Supuestamente serian un par de dias, pero resulto ser como una semana. Conocieron hasta a mi bisabuela. Y ahora, yo tambien me quede una semana con la familia de Julian, y resulta que tambien me siento como en familia. Todo por un estupido juego bulgaro y el pasaje mas barato desde Londres.
En fin. Habria que ser demasiado arrogante para llamar a esto casualidad, me diran. Al respecto, justamente hoy -otra casualidad- me tope algo mismo en el libro que estoy leyendo: Homo Faber de Max Frisch, un clasico suizo -recomendado por Julian- que pillamos en Berna traducido al ingles. Cito (traduzco del ingles, por si acaso):
"No niego que fue mas que una coincidencia el que las cosas resultasen como resultaron, fue toda una serie de coincidencias. Pero que tiene que ver la Providencia? Yo no necesito ninguna explicacion mistica para la ocurrencia de lo improbable; las matematicas lo explican adecuadamente, por lo que a mi respecta".

Y bueno, siendo casi la 1 de la manyana, creo que me limitare a un pequenyo resumen de lo demas... tendran que disculparme, es que esto de llegar a la casa de gente en Irlanda (cambie Hospitality Club por Couchsurfing, buena decision, dato para el que le interese) toma tiempo.
Hoy fuimos con Julian en tren a Lucarno, en la parte italiana de Suiza. La idea obedecia basicamente a dos razones: 1) ir en busca de buen tiempo, y 2) hacer algo que permitiese a Julian trabajar un rato -en este caso, unas 5 horas totales de viaje en tren-. En los dos sentidos tuvimos exito: cundio el trabajo -mientras yo alternativamente leia, contemplaba el paisaje alpino, y dormia- y efectivamente encontramos buen tiempo -sol y casi 8 grados, que en este contexto es practicamente veraniego-. Es bastante impresionante el cambio entre la parte alemana y la italiana: desde el cambio de idioma en los anuncios del tren, hasta el paisaje, el clima, las construcciones -destaco unas iglesias de piedra color pizarra en el camino, una maravilla-, el "ritmo" de las ciudades -en un par de horas pudimos ponernos "in a holiday mood"-, la comida -comimos pizza y "amarettikirsch", que me dio por llamar "amarettikirsche", es decir, confundi guindas con iglesias... mi inconsciente operando, por supuesto, me diran-, etcetera. En suma, toda una visita a otro pais.
A todo esto, y aqui viene el titulo de esta publicacion, mientras caminabamos por la ribera del lago, mirando los patos de cabeza verde -en el de Lucerna hay cisnes, no se si lo dije ya-, me di cuenta de algo un tanto obvio: las imagenes de los puzzles que uno armaba en las tardes de invierno -esos de como 1000 piezas- existian en la realidad. Quiero decir, mas exactamente, que todas esas imagenes mentales que alguien o algo nos introdujo cuando chicos -a nosotros los latinoamericanos, quiero decir- y que no tenian nada que ver con nuestro mundo -i.e., navidades nevadas, lagos con cisnes, patos con la cabeza verde, caserios de techos de dos aguas al pie de montanyas blancas, bosques naturales de pinos, etc- existian en la realidad. Solo que a un Atlantico de distancia. La idea encuentra su correlato en la realidad fenomenica. Buena cosa.

martes, 25 de enero de 2011

das ist musik?

La falta de computador esta haciendo dificil llevar este diario...
Vengo llegando de un concierto de musica contemporanea, de los que hacen a uno preguntarse cual es la diferencia entre eso y una burla para el publico snob. Aunque, hay que reconocer que en el contexto suizo ese tipo de cosas tiene algo de sentido: aca los grandes maestros gozan de buena salud, y aparentemente tienen bastante monopolizada la escena cultural, aun cuando la mayor parte de los conciertos sea inaccesible para la mayoria. Con todo, aparte de nosotros deben haber habido unas 10 personas, y nadie demasiado entusiasta -salvo, claro, los mismos musicos y los organizadores, quienes, me atreveria a decir, nos superaban en numero-. Debo decir que la sala era muy bella: mesas adelante, butacas atras, un mango de contrabajo gigante en uno de los muros, una barra con cortinas... todo como una especie de teatro de utileria. Lo mejor de la noche, sin duda, fue que a la salida estaba nevando.

lunes, 24 de enero de 2011

Kässe

Mi computador, para variar, esta en una especie de coma. Asi que me disculparan la falta de tildes y las enyes catalanas.
Hoy fui con Julian a Berna por el dia: el tenia un par de reuniones en el hospital -por este gran reportaje en el que esta trabajando-, asi que lo acompanye, y luego dimos varias vueltas por la ciudad -una para fines turisticos, otra buscando algo de comer, y la tercera buscando un cafe-. Berna es una encantadora ciudad medieval, de la que la gente parece haber desaparecido: no fue sino hasta eso de las tres de la tarde que las calles comenzaron a poblarse. Al ser la capital, logre conseguir un par de libros de autores suizos traducidos al ingles, en una libreria de como 5 pisos, impresionante.
A la vuelta preparamos una fondue de queso, que quedo buenisima.

domingo, 23 de enero de 2011

A Dublín los boletos...

Después de mucho meditar sobre mi situación y sus posibilidades, he decidido que mi próxima parada será Dublín. Tengo pasaje para el sábado 29, lo que me da casi una semana en Irlanda antes del Barmitzvah. Hasta entonces, estaré en Suiza. Mañana voy a Berna por el día.

Rigi!



Hoy, por primera vez en mi vida, creo, anduve en trineo; en la montaña Rigi cerca de Lucerna. En realidad es mucho más emocionante de lo que uno podría pensar: hay pistas especiales para ello, aparte de las de esquí, en las que uno puede agarrar mucha pero mucha velocidad. Sólo había que cuidarse de no atropellar a los niños chicos -o de que ellos no lo atropellasen a uno más bien, porque bajaban como salvajes- y, claro, de no caer montaña abajo. Afortunadamente, cogí la técnica relativamente rápido, y pude disfrutar las bajadas a una velocidad más que decente para una principiante. Esto, más dos comidas en familia, hicieron del presente un domingo ideal.

sábado, 22 de enero de 2011

Lucerna 3



Son cerca de la 1 de la mañana. Mi segundo día en Lucerna se fue tan rápido. Julian, Christina y las demás personas que habitan la casa este fin de semana -hay dos más que ayer- están acostados ya. Hace un momento, Julian me enseñó una foto que hace año y medio tomara a Don Julio en su café. Con su coquetería habitual, estaba leéndonos -recitándonos más bien- un poema de Neruda. Creo que era "Dónde estará la Guillermina". En realidad no sé si se llama exactamente así, pero estoy casi segura de que era ese poema. En fin.
Antes de eso estábamos viendo una película mientras se cocinaba el pan que hicimos para mañana al desayuno: pan tradicional suizo, hecho de harina, leche y mantequilla -una especie de hallah, o como se escriba, el pan en forma de trenza que se come en shabat-. Quedó bien, para ser mi primera vez amasando algo así. Y la película era "Babel", la del director mexicano. Lo interesante era que no funcionaban los subtítulos en inglés, y la mitad de la película está hablada en japonés y marroquí. Babélica experiencia, sin duda.
Antes que oscureciera estábamos en la ciudad. No sé si ya lo dije, pero mi amigo vive en Adligenswil, que significa algo así como lugar donde vive la realeza, y es un barrio acomodado a las afueras de Lucerna. Hoy bajamos a la ciudad a pie. La temperatura, según dijeron mis amigos, era entre 0 y -5 grados. El trayecto toma alrededor de una hora, y pueden verse granjas con caballos, vacas y manzanos. E, incluso, un monasterio católico -religión mayoritaria, creo, en este cantón-.
Abajo, una banda ensayaba para el carnaval -especie de de ja vu auditivo-. Caminamos, hicimos algunas compras para la casa, comimos castañas atravesando el puente, tomamos café. Cuando volvimos a la casa estaba realmente frío. Hoy conocí al novio de la hermana y al hermanastro de Julian. Todos de lo más agradables. Fue una cena alegre, mitad en inglés y mitad en suizo-alemán. Hay veces, como esta, en que da igual no entender palabra, en que uno entiende sin entender.

viernes, 21 de enero de 2011

Lucerna 2


Qué puedo decir: en este punto del viaje me siento realmente bien. Hospedada en casa de la familia de mi amigo, compartiendo con él y Christina -su novia, amiga también: ambos estuvieron en mi casa en Santiago hace como un año y medio-. Aquí soy, en resumen, bienvenida.
Mi día fue más o menos el siguiente: en Basilea me recogió Julian, y luego tomamos el tren a Lucerna. Por la ventana pasaban pueblos, árboles, montañas, lagos, todo cubierto de nieve -incluso algún laguito casi congelado-. Durante una hora de trayecto, en un inglés -por fortuna- cada vez más fluido, nos contamos parte de lo que habían sido nuestras vidas este último tiempo: él está terminando el máster en periodismo, trabajando en un proyecto de lo más interesante.
Ya en Lucerna, que me recibió nevando, nos sentamos en un café muy lindo cerca del río, y luego caminamos un poco por sus calles del mil quinientos. Fue curioso recorrerlas un día normal: hasta ahora, sólo tenía la imagen del carnaval.
Luego nos vinimos a la casa, que queda a las afueras, y lo normal: hablar, trabajar un poco (él solamente, claro), conocer a la hermana, cocinar y comer con la familia, ver una película, esperar la llegada de Christina (quien encontró la edición del Réplica "cercana a la perfección"), seguir hablando un rato más, e irse a dormir.
(No deja de ser raro que el regalo estándar para todos los que me hospedarán en este viaje sea el libro de alguien que debió haber estado aquí pero no está, y que preferiría no recordar, o al menos no tanto... en fin, es un bonito regalo después de todo)

Lucerna 1


Escuchando jazz en casa de Julian, planeando el curso de las próximas semanas -después de todo, estamos en Suiza-.
Desde mi ventana se ve el bosque nevado. Son las 6 de la tarde, noche cerrada por estos lados.
(La foto es del centro de Lucerna)

jueves, 20 de enero de 2011

Tomando el avión a Suiza


Mi amigo me espera en el aeropuerto de Basilea y recuperé horas de sueño, así que, a pesar de que son casi las 4 am hora de Chile y tengo que salir al frío, está todo muy bien...

Madrid

He llegado a Madrid, después de al menos 10 horas de insomnio, con la tv que no funcionaba y sin que mis neuronas consiguiesen leer, sentada junto a un tipo calvo que viajaba por una beca en la Universidad Autónoma. Sí, conversamos algo, lo justo y necesario: no concibo estar 13 horas al lado de alguien, ni hablar de dormir, sin saludar, sin averiguar ciertos datos mínimos que permitan cierta tranquilidad. En este caso, el asunto fue más allá y terminamos hablando, no me pregunten cómo, de la función social del arte. Cosas que ocurren. Como haberme encontrado con un compañero de colegio en la cola para abordar al avión -él trabaja en el aeropuerto-, el mismo al que saludé en el metro hace unos meses, cuando iba yo a donar sangre para mi abuelo. Sincronías de la vida, me dirán. Yo prefiero llamarlas meras casualidades.
A la salida mi cerebro se parecía a una sala de espera -llegaban fragmentos de conversaciones cruzadas, interferencias de vario tipo, trozos de texto inidentificables, imágenes conocidas que no alcanzaban a cuajar en recuerdos, y una sensación pesada, soporífera, en fin-. Ahora mi cerebro se parece a la sala de computación del hostal donde me quedo: con luz artificial en pleno día, en un tiempo que no es el tiempo de mi reloj, el OK Computer de fondo, intentos fallidos de comunicar algo a alguien, a alguienes, a no se sabe quién. Son las 4:30 de la tarde, pero a la vez son las 12:30, y a la vez no es ninguna de las anteriores. Supongamos -esperemos- que todo esto sea efecto del poco sueño, los muchos trámites y malos ratos de mis últimos días en Santiago. De lo contrario, os garantizo un blog altamente inconexo y aburrido...
En fin, creo que es mejor que salga a pasear o me vaya a dormir, por mi bien y sin duda por el de ustedes: me estoy tomando una "licencia para latear" que ciertamente no me corresponde. Madrid está bella, como siempre, y no hace tanto frío como temí.
Hasta pronto.