lunes, 28 de febrero de 2011

28

Solo puedo decir, en este día de sol y viento y mar y cielo, que el dolor no disminuye, sigue ahí, tan grande, donde mismo, como siempre, solo que, solo que a fuerza de doler se nota menos, o se siente menos, o acaso uno se acostumbra, y a veces, algunas veces, a veces, a ratos, incluso olvida, o acaso es que uno se acostumbra, eso dicen, que el hombre es el animal que se acostumbra a todo. El dolor sigue tan grande y donde mismo, pero uno grita menos, llora menos, dice menos, y no solo por desgano y por cansancio, sino porque nuestras palabras, lo poco que alcanzan a decir nuestras palabras, no compensa el añadido de dolor que hacen al mundo, o más bien, que en estas cosas el mundo mismo es secundario, a aquellos cuya sobredosis de dolor es ya más que suficiente. El dolor sigue tan grande y donde mismo, pero ya no me resulta, me atrevo a decir, ya no me resulta una falta de respeto sonreír.

No hay comentarios:

Publicar un comentario