Un dia de caminata por Dublin. Aparte de la biblioteca vieja del Trinity College, con sus 200 mil libros de los siglos XVII y XVIII, y su exhibicion de manuscritos del anyo 500 y de la libreria de viejos donde, casualidades de la vida, un grupo de setentones leia el Retrato de un artista adolescente -entre en un momento tal que me fue imposible excusarme y no leer, en voz alta, con mi oxidado ingles-, aparte de eso, decia, no me dio por entrar a ningun otro lugar, o no encontre los lugares a la hora adecuada. No me arrepiento: varias horas de caminata disfrutando la bella arquitectura, y buscando las casas de varios escritores connotados -leseras que uno hace- bien valieron la pena.
Debo decir que, a pesar de la ausencia de nieve, el frio por estos lados es bastante considerable: fue necesario un gorro y bufanda lo musulmana para no helarme hasta los huesos. Y que el acento de Dublin no tenia nada que ver con lo que imaginaba, cerrado y cantadito, parecido al escoces: por el contrario, de cancion no tiene nada y es suave, con erres casi estadounidenses.
Ahora me voy a buscar un bar, proveida -existe esa palabra?- de un par de libros irlandeses -nada de Wilde ni Joyce ni Yeats, por supuesto-, a esperar las 8 de la noche, que hay un festival de musica irlandesa. Si, un festival: contrariamente a las advertencias de Lonely Planet, en Dublin si pasan cosas en Enero...
Manyana parto a Kinsale, cerca de Cork, con escala en Cashel.
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